domingo, 20 de febrero de 2011

PASEAMOS EN SEGWAY?

No bien llegados a Granada, la primera actividad es un tour guiado en segway.
Qué es? Pues, un transportador personal de dos ruedas, eléctrico, silencioso, con un manubrio alto.
Se acciona con el movimiento del cuerpo: hacia adelante, avanza (mientras mayor es la inclinación del cuerpo, mayor la velocidad); el cuerpo hacia atrás, frena. Con la mano izquierda se gira a ambos lados y para detener,un giro inmediato de 90º frente a una pared o muro que lo pare. Suavemente, claro...

            
Lido,no? Si, para gente joven: yo nunca segregué tanta adrenalina!!!
En la prueba inicial - menos de un metro- todo bárbaro! con la sola consigna de "ustedes vayan siempre por el medio de la calle; los autos pararán al verles", Granada es mia!!! me dije.
Pero: cómo son las calles del circuito? Con el suelo de pequeños adoquines, con peralte permanente desde las márgenes al centro; sin veredas; estrechas; suben y bajan a breves trechos; en manojos...laberínticas!!!
Divinas para transitarlas como lo hicimos luego, pero no montada en este bicho extraño y, para colmo, en fila india por el medio de la calle...David, detrás mio y, aunque mi miedo fuera mayor que el suyo, con voz serena y cariñosa me daba indicaciones.  (Llegó el tiempo en que el hijo protege a la madre...? Hummmm, lo pensaré luego).  Mientras yo, parada, con los brazos tensos, casco en la cabeza, flaca, tiesa, inútil, apenas respiraba...por momentos lograba el control y me decía a mi misma:" aflojate, vas bárbaro!" pero luego el detenerme en el cruce de calles se me cortaba el aliento.
En tanto, la guía mostraba: " allá lejos, la Alhambra; aquí cerca, el Albaicín..."y los paseantes a los que hubiera querido gritarles:"¡correte si apreciás tu vida!". Yo nada miraba, si cada neurona apuntaba a la próxima curva: atrás, si bajaba; adelante en subida...hasta que una pared morisca se vino a mi encuentro y quise fundirme en su pecho pétreo!!!!   Pero no pasó nada...ni un rasguño...
Podría haber plantado bandera ahi e interrumpir tan alucinante tour, pero no abandoné: seguí  con los pies en el segway y el alma en un hilo, hasta el final!
Y así, hora y media!
Esto de sentirme pendeja...
El bueno de David cerró el episodio con un profesional y cariñoso:"...al contrario mamá: te atreviste a subir y, lo más importante, seguiste hasta el final!"

Creeme: fue fuerte! Yo ahora lo cuento para terminar de exorcizar el maléfico espíritu del segway que hasta poco después me habitaba.

2 comentarios:

  1. Fue increible!!!!! Cuanta adrenalina la verdad. .. Ni que fuera un deporte de riesgo. Inolvidable

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  2. Qué lindo tu compartir estos viajes! Buenísimo!

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