lunes, 17 de enero de 2011

VUELTEANDO POR GRANADA

...Y partimos contentos con David y Geraldine a Granada!!!
(Alli festejamos Navidad con una cálida cena en un restaurante marroquí.),

El camino atraviesa un lindísimo paisaje. A lo lejos, siluetas de sierras bajas que se apiñan, se amigan, y luego se dilatan. Sobre su suelo ocre, líneas de añejos olivos en ondas de perfectas paralelas van dibujando,insistentes, los cerros.
Más cerca de la ruta, álamos de desnudas ramas enhiestas apuntan al cielo yermas, sin poder sostener hojas, brotes, nidos...
Y allá, en el fondo, aparece de pronto, soberbia, la Sierra Nevada.
Llegando a Granada, desmechadas nubes blancas ensucian el impecable azul del cielo.

Qué puedo contarte de la ciudad? Que después de andarla tres días luminosos, la declaro hermosa como pocas! Linda, ordenada, limpia, con amplias avenidas atravesadas por callejuelas increíbles donde desde el suelo prolijo de pequeños adoquines hasta los hermosos faroles de cálida luz amarillenta, la muestran bella desde el pie hasta el cielo!
Festoneando cada cuadra, tiendas multicolores ofrecen desde una narguila a un tapiz andino y, porqué no, un mate criollo. Lindas boutiques, tiendas de antigüedades, muchos restaurantes, casas de te y las taperías, que nos esperan al final del día para cerrarlo en un picoteo original, sabroso, compartiendo pintas en una tras otra. Casi un ritual que compartimos los tres gozosos.
Granada toda es una Babel en movimiento contínuo: muchos extranjeros,voces extrañas, etnias variadas y atuendos multicolores, teniendo como marco una ciudad que  no oculta -ni puede- la huella que dejaron los árabes en su estancia de tres siglos.

Imposible estar en Granada y no conocer la Alhambra.
Imposible estar en la Alhambra y no estremecerse ante tanta belleza, tanta riqueza arquitectónica y estética. Confieso que es casi hipnótica la atracción frente a la abundancia de líneas, formas y colores; estímulos visuales,sonoros,tactiles, tantos, que se escapan datos históricos. Tan rica percepción remueve de lo poco aprendido allá lejos y, con maravillosa naturalidad, deja a la imaginación que complete la historia guardada, en este preciso escenario.
Porque los moros no sólo trajeron su poderío: dejaron tesoros de su cultura: concepciones teológicas,estéticas, sociales, impregnan cada cosa que hicieron durante su permanencia en tierra española. Así, las alusiones al Trono en formas y composiciones arquitectónicas que intentaban reforzar en su pueblo la idea de la dignidad divina del Rey. Por eso el Salón del Trono es el más importante y representa el techo del universo.
Los sentidos, ávidos, beben tanta maravilla. Paredes muy altas con zócalos de azulejos incrustados, en fondo blanco y figuras predominantemente  azul y verde, característicos de la cultura nazarí; frisos policromos de yesería fina con motivos de flores y estrellas o la transcripción de algunas frases del Corán; pisos de mármol exquisitos en su técnica y composición, en diseños logrados con pequeñas piezas , alfombran los amplios salones del palacio. TEchos construídos con madera magistralmente trabajada en taracea (muy pequeñas piezas de maderas finas, marfil y a veces plata, que se acoplan y superponen) en la vista de magníficos muebles decorados. Salas muy amplias bordeadas de arcadas y galerías, como por ejemplo la Sala de los Leones, conjunto escultórico ahora muy bien restaurado que fue traído del exterior  y donde tenemos una experiencia particular: el ámbito alto,techado, tiene unos treinta metros de diámetro y está transitado por decenas de turistas; pues,  acercando mis labios a la pared digo en voz baja algo y David y Geraldine me contestan desde el extremo opuesto cual si estuviéramos solos y al lado...
Las habitaciones del sultán carecen de ventanas al exterior (para evitar miradas curiosas o peligrosas?...) pero tienen techos tan hermosos como bellas imágenes oníricas: parecen estalactitas abigarradas, hechas en yeso y luego coloreadas, de una delicadeza y originalidad únicas. Arcos ojivales enriquecidos con adornos en metal o madera, semejan exquisitas filigranas.
Y m u u u u u u chos jardines!!! Soñados! Amplios, hechos de las más variadas especies arbóreas y florales; sorprenden las fuentes de agua clara con chorros cristalinos semejando ríos de pequeñas estrellas...Todo, convirtiendo en realidad el anhelo de los sultanes: representar al Paraíso como un jardín lleno de fuentes de agua, como dice el Corán.
Pero la Alhambra no es un castillo: es una ciudad amurallada y desde la parte alta se ve fortificada.
Desde algunas ventanas enmarcadas por arcos perfectos y moriscos balcones con flores, `puede verse el paisaje exterior: tallada sobre el verde de sus frondas, se ve la parte céntrica de la ciudad de Granada, con las cúpulas,  edificios y algún camino allá abajo, lamiendo la falda de la Alhambra. Hermosa vista en verdad, que me permite decir  recordando a Lorca (granadino universal):
"...yo en mis ojos paseo por las ramas.
  Las ramas se pasean por el río."

Imagino al último sultán que en 1492, dicen, cuando se alejaba luego de haber entregado la Alhambra al Rey de España, no podía dejar de voltear su cabeza hacia atrás, con los ojos inundados de lágrimas mientras su madre le decía:
no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre...




P/D te invito a que entres a mi blog mañana o pasado: tengo una invitación que hacerte.